¿Qué es la Arteterapia?
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Es común creer que las emociones y la razón son fuerzas opuestas, lo que lleva a la idea errónea de que interfieren con el rendimiento y la eficiencia.
Sin embargo, permíteme desmitificar esta creencia: ¡es una fantasía!
Las emociones y la razón, lejos de ser antagonistas, son en realidad aliadas complementarias en el complejo escenario de la experiencia humana.
Por un lado, las emociones actúan como fieles registradoras de nuestro mundo interno, mientras que la mente se mantiene en contacto constante con los acontecimientos externos que nos rodean.
Ambas percepciones desempeñan un papel crucial en nuestra conducta y bienestar general.
La verdadera magia ocurre cuando logramos una respuesta integral y satisfactoria que armoniza tanto la razón como la emoción.
Es en ese momento que experimentamos una sensación de bienestar que yo defino como la coherencia entre lo que pensamos y lo que sentimos, y te aseguro, es maravillosa.
Emociones: nuestro registro interno
Las emociones no son obstáculos para la claridad mental, sino más bien, son registros internos de nuestras experiencias.
Capturan la esencia de lo que experimentamos en un nivel profundo, proporcionando valiosa información sobre nuestro estado emocional. Ignorar estas señales sería privarnos de una parte esencial de nuestra comprensión y autorreflexión.
Razón: enlace con el mundo exterior
Por otro lado, la razón o el pensamiento lógico actúan como nuestro enlace con el mundo exterior. Nos permiten interpretar y procesar la información que recibimos del entorno, tomando decisiones informadas y navegando por las complejidades de la vida cotidiana. La mente racional es como el timón que guía nuestro barco en el océano de experiencias.
El equilibrio como punto de partida
La verdadera riqueza de nuestro bienestar emocional se ese delicado equilibrio entre lo que sentimos y lo que pensamos.
Al integrar nuestras emociones y pensamientos de manera armoniosa, no solo logramos una comprensión más profunda de nosotros mismos, sino que también construimos una base sólida para enfrentar los desafíos de la vida.
Cuando alcanzamos un balance emocional, experimentamos una sensación única de paz interior y claridad mental.
Esta armonía entre nuestras emociones y nuestra razón nos permite navegar por la vida con mayor confianza y resiliencia.
Es un estado donde la mente y el corazón trabajan en conjunto, potenciándose mutuamente en lugar de competir.
Recuerda que si no has logrado integrar estas dos partes fundamentales en tu conducta, estoy aquí para acompañarte a lograrlo.
Cuenta conmigo.
Con cariño,
Claudia Girón