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Libérate de la culpa impuesta
marzo 10, 2025La carga mental es un peso invisible que muchas mujeres llevamos a lo largo de nuestras vidas, y con los años ese peso solo tiende a aumentar.
En el marco del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) es crucial reconocer el costo de ser el soporte de todo: ser la que siempre está para la familia, para el trabajo, para el otro, sin tener en cuenta las necesidades propias.
Con el tiempo, este peso acumulado se traduce en agotamiento, estrés crónico y, en ocasiones, en problemas de salud serios, tanto físicos como emocionales. Muchas veces, desde muy temprana edad, se nos enseña a callar, a aguantar, a poner las necesidades de los demás por encima de las propias.
«El rol de cuidadora, de mediadora y de soporte se impone como una expectativa ineludible, y con ello, la libertad de priorizar el bienestar personal se ve sacrificada».
Llegamos a un punto en el que incluso enfermarse se convierte en algo que “tiene que caber en el calendario”, una señal de que el cuerpo y la mente han sido empujados a sus límites por la constante presión de estar disponibles para otros.
Esta carga mental se manifiesta de muchas maneras: la sensación de no tener un momento para respirar, la preocupación constante por el bienestar de quienes nos rodean y la dificultad para expresar lo que realmente sentimos.
El costo de sostenerlo todo es alto, y a menudo el sacrificio de la salud personal se convierte en la norma. Vivir en esta dinámica implica una lucha constante contra el agotamiento, una renuncia paulatina a sueños y metas personales, y, en última instancia, una pérdida de la propia identidad.
«La cultura y la tradición social han perpetuado la idea de que el bienestar familiar o la estabilidad del hogar dependen exclusivamente de la mujer, relegando la importancia de la autovaloración y el autocuidado».
Cada día, al priorizar las necesidades de los demás, se envía un mensaje de que lo que uno mismo necesita es menos importante. Esta mentalidad, tan arraigada, nos priva de la oportunidad de vivir plenamente, de desarrollar una vida que honre nuestros propios deseos y aspiraciones.
Pero esta realidad es transformable. Reconocer la carga mental y el costo de asumir todos esos roles es el primer paso para liberarnos. Se trata de entender que el verdadero equilibrio en la vida no se logra sacrificando la propia salud en pos de satisfacer a otros, sino en aprender a establecer límites saludables y a priorizar el amor propio.
Es fundamental darse permiso para sentir, para descansar y para cuidar de uno mismo sin culpa.
El cambio empieza por pequeñas acciones: encontrar momentos para desconectar, pedir ayuda cuando se necesite, aprender a decir “no” sin temor y reconocer que, para ser el pilar de los demás, primero debemos ser fuertes y estar en paz con nosotras mismas.
Esto no es un acto de egoísmo, sino un acto de responsabilidad hacia nuestra propia vida. Porque si no nos cuidamos, ¿quién lo hará?
El camino hacia una vida en la que la carga mental no sea un obstáculo se basa en la toma de conciencia y en la valentía de redefinir nuestros roles. En este día, incluso en este mes, tan significativo para las mujeres, te invito a reflexionar sobre el precio que pagas por ser siempre la que sostiene, la que se sacrifica.
Permítete soltar, permitirte descansar y priorizarte. Recuerda que, para dar amor y cuidado auténtico, primero debes estar en paz contigo misma.
Y si estás queriendo organizar tus prioridades para darle lugar a tus necesidades y deseos, pero no sabes cómo hacerlo, te invito a que hablemos. Juntas podemos lograr que tu vida tenga un equilibrio donde tú seas la prioridad, sin dejar de lado a quienes amas y a quienes te necesitan.
Estoy para ti,
Claudia Girón
@psclaugiron