
El poder del autoconocimiento
enero 13, 2025
¿Qué ocurre con las emociones que no aceptamos?
enero 27, 2025Estamos acostumbradas a entender a las emociones y a la razón como definiciones opuestas, como si debiéramos elegir entre «escuchar al corazón» o «usar la cabeza».
Pero esta división no podría estar más lejos de la realidad. Emociones y razón no solo no se excluyen, sino que son profundamente complementarias y, juntas, sostienen nuestra manera de comprender y responder al mundo.
Las emociones son como un radar interno: registran lo que nos ocurre en lo profundo, en nuestra intimidad, y nos avisan cuando algo nos afecta o nos mueve. Son la brújula que nos orienta hacia lo que necesitamos atender o cambiar.
Por otro lado, la mente funciona como nuestro contacto directo con el exterior: analiza, organiza y da sentido lógico a lo que sucede a nuestro alrededor. Cada una aporta una perspectiva única y necesaria para interpretar la vida.
Pero ¿qué ocurre cuando logramos que estas dos fuerzas, aparentemente distintas, trabajen juntas?
Sucede algo maravilloso: alcanzamos una sensación de equilibrio que podríamos llamar bienestar.
«Este bienestar nace cuando nuestras emociones son reconocidas y nuestras decisiones razonadas, cuando lo que sentimos encuentra espacio en lo que pensamos, y nuestras acciones reflejan esta armonía».
A este estado lo llamo coherencia: cuando lo que piensas, sientes y haces están alineados. No se trata de sofocar las emociones con lógica, ni de dejarnos llevar por ellas sin reflexión. Es, más bien, un punto medio donde ambas voces se escuchan y encuentran un terreno común para convivir.
La coherencia es poderosa porque nos ayuda a vivir de manera auténtica.
Cuando tomamos decisiones que respetan lo que sentimos, y estas decisiones son consistentes con nuestros valores y pensamientos, la vida se siente más fluida, más real.
En cambio, cuando hay una desconexión —por ejemplo, cuando actuamos en contra de lo que sentimos o pensamos— es común que aparezca una sensación de insatisfacción o incluso conflicto interno.
¿Cómo cultivar esta coherencia?
Empieza por darle espacio a ambas partes:
- Permítete sentir. No ignores tus emociones ni las desestimes, ya que son señales valiosas de lo que necesitas.
- Reflexiona antes de actuar. Pregúntate si lo que estás a punto de hacer está alineado con tus valores y deseos.
- Sé paciente contigo misma. La coherencia no siempre surge de manera instantánea, especialmente si estás acostumbrado a ignorar alguna de estas partes de ti.
Cuando aprendemos a integrar razón y emoción, nuestra vida cambia. Dejamos de actuar por inercia o desde el conflicto y comenzamos a vivir desde un lugar de mayor paz interior.
Porque, al final, el bienestar no se trata de anular lo que sentimos o pensamos, sino de encontrar una forma en la que ambos puedan expresarse.
¿Y tú? ¿Qué tan alineada estás entre lo que piensas, sientes y haces?
Te invito a descubrirlo juntas.
> Charlemos <
Con amor,
Claudia Girón
@psclaugiron
https://www.claudiagiron.com/